Los delató un exempleado. Un encargado de depósito, un empleado de la estación de servicio interna y un chofer de la firma perjudicada, fueron se combinaban para sacar el combustible que iba a parar a un lavadero, cuyo dueño es considerado cómplice. El padre del chofer está señalado como quien vendía el combustible sustraído.

Un exchofer de la firma OPEM S.R.L. fue clave para desbaratar una organización de empleados infieles que sustraían una parte del combustible que le vendían a dos empresas de transporte de pasajeros en San Juan, por lo menos desde comienzos de este año. Ese testigo aportó fotos y videos para respaldar sus dichos y los pesquisas que dirige la fiscal coordinadora de la UFI de Delitos Contra la Propiedad, Claudia Salica, se encargaron de constatar ese relato.
Por eso en las últimas horas pidieron cinco detenciones, que ya se concretaron: la del encargado del depósito, Javier Pirri (supuesto mentor o cabecilla) este de 9 de Julio, el empleado de la estación de servicio propia de OPEM, Gustavo Mengual, y el chofer de camiones de esa firma, Matías Gramajo. Otros dos sospechosos fundamentales en la trama son Gustavo Daniel Maldonado, dueño de un lavadero al que llevaban los vehículos para limpiarlos y allí se acopiaba el combustible; también cayó el padre de Gramajo, Miguel (también exempleado) sindicado como quien vendía la mercadería sustraída, indicaron fuentes judiciales.

El hurto de combustible también se habría producido en los vehículos de uso interno de la empresa, porque en los últimos tiempos notaron que se habían incrementado los consumos, consta en la denuncia de uno de los responsables de la empresa.
Que Pirri fuese señalado como mentor o cabecilla, oriundo de Chacritas 9 de Julio por el manejo que tenía del depósito. Esa jerarquía la habría aprovechado, además, para ordenar compras de cubiertas que luego daba de baja, para poder revenderlas por lo menos en provecho propio. Además, no se descarta que el chofer, Matías Gramajo, hubiera vendido combustible en otros puntos de la provincia o fuera de San Juan, cuando salía con carga hacia La Pampa o Mendoza, cuando en realidad debía viajar vacío para poder traer nuevos
aprovisionamientos, indicaron fuentes judiciales.
El secuestro de teléfonos celulares y el análisis de la información de esos aparatos, es para los pesquisas una evidencia que puede arrojar más detalles de la maniobra investigada.