
La ONU declaró oficialmente una hambruna en Gaza por primera vez en la historia de Medio Oriente, calificando la situación como catastrófica. Según la IPC, más de 500.000 personas sufren inseguridad alimentaria extrema, con riesgo de expansión a otras zonas antes de septiembre.
El secretario general António Guterres responsabilizó a la ocupación israelí, señalando que la crisis es un desastre provocado por el hombre y pidió acción inmediata de la comunidad internacional. La Oficina de Asuntos Humanitarios afirmó que la hambruna pudo haberse evitado si no hubiera habido bloqueos en la entrada de ayuda.

Por su parte, Israel rechazó el informe, asegurando que “no hay hambruna en Gaza” y acusando a la ONU de difundir propaganda de Hamas. En contraste, el Alto Comisionado de Derechos Humanos, Volker Türk, advirtió que usar el hambre como arma constituye un crimen de guerra.