El control de la Ciudad, la licitación de la hidrovía, los pliegos de los jueces y Ficha Limpia son algunos de los conflictos que enfrentan a Macri con el gobierno de cara a la campaña

El ex presidente Mauricio Macri EFE/ Elvis González
“Hay PRO para rato”, publicó la cuenta de X del partido liderado por Mauricio Macri a horas del 1 de enero, una especie de manifiesto de fin de año mediante el cual intentará negociar, después del verano, las condiciones para un acuerdo electoral con el gobierno que, por cierto, le urge mucho más al ex presidente que a Javier Milei.
En un año, el jefe de Estado consiguió acaparar la centralidad del sistema político a fuerza de una estrategia muy agresiva de confrontación con la oposición y de un plan de gobierno audaz, que no siempre incluyó a los aliados, y el macrismo se redujo a un rol de colaboración con una muy escasa contraprestación. Eso llevó a que el partido amarillo esté a riesgo de ser fagocitados por completo por La Libertad Avanza, como consecuencia de un plan electoral que en el 2023 dinamitó al PRO por los aires y que abre serios interrogantes de cara al calendario electoral del 2025.
En el posteo de fin de año, el espacio conducido por Macri lo explicó así, por la positiva, en su cuenta de X: “Estamos orgullosos del rol que tuvo el PRO este año porque nunca antes en la historia argentina un partido de la oposición había contribuido tanto al oficialismo como lo hizo el PRO en 2024, debatiendo y habilitando reformas esenciales propuestas por otro espacio político”.
Ahora bien, esa contribución macrista a todos y cada uno de los proyectos del oficialismo -solo se opusieron al DNU de asignación de recursos a la SIDE, un revés que fastidió, y mucho, al consultor Santiago Caputo, el autor intelectual de esa iniciativa- terminó con un creciente desgaste en diciembre, producto de una serie de disputas que alejaron, al menos por ahora, la posibilidad de un acuerdo electoral para este año. Si las elecciones fueran hoy, LLA y el PRO irían separados.
Esa serie de peleas alcanzó a fin de año su pico de máxima tensión en la Ciudad de Buenos Aires, el bastión principal del macrismo administrado desde diciembre del 2023 por Jorge Macri después de que su primo se involucrara de manera directa para que la alianza entre Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau no rompiera la hegemonía del PRO de los últimos 16 años. El ex presidente está dispuesto a habilitar cualquier tipo de negociación, pero no a ceder el control sobre la capital.