Lo encontraron esta mañana en medio de un charco de sangre. Por el tipo de heridas, el lugar donde quedaron las manchas y el hecho de que no hubiera ingresos forzados, suponen que no lo atacaron, pero no descartan nada.

Manchas de sangre en un sillón. También, muchas más, en el piso donde estaba tendido boca arriba. A simple vista parecía que el profesional, martillero público, había sido víctima de un ataque, pero al hilar más fino, los investigadores policiales y judiciales al mando del fiscal coordinador, Francisco Micheltorena, y el fiscal, Sebastián Gómez (UFI de Delitos Especiales) se inclinaron por instalar la teoría en una autoagresión.
Sucedió que no había ingresos violentados en la oficina (ni puertas ni ventanas) el celular y otras cosas de valor estaban en el lugar. Y, lo más importante, presentaba cortes en ambas muñecas y dos puntazos en la zona izquierda de su cuello, precisaron fuentes de la investigación.
La víctima fue identificada como Edgardo Martiré, de 47 años. Y fueron sus propios familiares quienes se toparon con la espantosa escena hoy por la mañana en la oficina ubicada en calle Brasil, entre Lavalle y Aberastain, en Capital.
Si se confirma la hipótesis de una autoagresión, el caso sería archivado.