La decisión fue tomada por la jueza de Familia María de los Ángeles Pascual, quien dispuso su inclusión en el sistema de adopción tras constatar que ni la gestante ni la supuesta madre intencional quisieron hacerse cargo del recién nacido.
Todo comenzó en febrero de 2025, cuando el bebé nació con nueve semanas de anticipación en el Sanatorio Allende de Córdoba.
Tras el parto, la mujer que lo dio a luz —una cordobesa que actuó como gestante— le dijo al equipo médico: “yo no soy la madre”. Según relató, había sido contratada por una ciudadana francesa a través de una agencia privada con sede en Buenos Aires para llevar adelante un embarazo subrogado.
Sin embargo, poco después del nacimiento, la mujer francesa decidió no continuar con el proceso y renunció a cualquier vínculo con el niño.
Por su parte, la gestante manifestó que, aunque no deseaba quedarse con el bebé, tampoco podía hacerse cargo de él debido a su situación económica vulnerable. Pese a ello, pidió que fuera adoptado por una familia que pudiera brindarle amor y contención.
El pequeño debió permanecer internado varios días por complicaciones respiratorias, pero luego recibió el alta médica y fue puesto bajo la guarda provisional de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), siendo trasladado a una familia de acogimiento temporal.
En su fallo, la jueza Pascual expresó una fuerte reflexión ética y jurídica sobre el caso: “La vida no es un producto, y un niño no es un objeto que puede ser rechazado si no cumple expectativas”.
Y agregó: “Cosificar a un niño es negarle su humanidad desde el inicio. Es verlo como el resultado de una inversión económica, como un bien que debe satisfacer al cliente”.
La magistrada consideró que el abandono constituyó “una vulneración directa a su dignidad humana” y afirmó que “cada niño, sin importar cómo ha sido concebido, es un sujeto de derecho y merece respeto, cuidado y amor”.
Ante esta situación, ordenó iniciar el proceso de adopción plena, priorizando una familia estable, amorosa y comprometida con su crianza.
El caso reabre el debate sobre la regulación de la gestación subrogada en Argentina, una práctica no contemplada por ley y que, en contextos privados y transnacionales, puede derivar en situaciones de indefensión para los más pequeños. Mientras tanto, el bebé espera una familia que lo adopte y le dé un comienzo de vida digno.